Desde el pasado lunes, la recogida de residuos en la ciudad se ha visto reducida a la mitad de los distritos, lo que ha generado una amplia variedad de reacciones entre los residentes y funcionarios locales. Esta medida temporal ha sido implementada como parte de un plan de reorganización que busca optimizar los recursos y abordar los desafíos logísticos a los que se enfrenta el sistema de gestión de residuos. La decisión ha suscitado preocupaciones entre los ciudadanos afectados, quienes temen posibles problemas de salubridad y un aumento en la acumulación de desechos en las calles. Mientras tanto, las autoridades municipales defienden la medida como una oportunidad para evaluar la eficiencia de los actuales procesos de recogida y realizar las mejoras necesarias.
En los distritos no afectados, la regularidad del servicio se mantiene sin cambios, lo que ha llevado a un debate sobre la equidad de la medida y su impacto en distintas áreas de la ciudad. Algunas organizaciones vecinales han expresado su malestar y piden una reconsideración de la estrategia, sugiriendo que se explore la posibilidad de alternar los distritos afectados cada semana para distribuir más equitativamente las cargas y molestias. Sin embargo, el Ayuntamiento ha señalado que este plan piloto proporcionará datos importantes para posibles reformas futuras del sistema de gestión de residuos, asegurando a los residentes que se está trabajando para minimizar los inconvenientes y mejorar el servicio a largo plazo.
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