La mayoría de España ha experimentado un gran apagón, generando caos e incertidumbre en las gasolineras, donde los conductores han esperado durante horas para reabastecerse de combustible. En una gasolinera céntrica de Madrid, cerca de la estación de Atocha, los empleados se enfrentan a la impotencia de no poder atender a los clientes. Muchos conductores han optado por esperar pacientemente, como Juan, quien necesitaba devolver un coche de alquiler y tomar un tren hacia Cádiz. Sin embargo, duda que pueda viajar tal como han anunciado en la radio, mientras el pánico inicial se convierte en resignación colectiva.
La situación ha llevado a medidas inusuales, como el cierre parcial de la estación de servicio para evitar el ingreso de más vehículos, lo que aumentó la tensión en el área. En el Paseo de Santa María la Cabeza, el bullicio es ensordecedor: coches pitando, peatones apresurados, y el sonido constante de ambulancias y agentes de movilidad intentando controlar el tráfico. Entre la confusión, algunos, como Paco, sospechan de un posible ataque masivo coordinado, dado que el apagón también ha afectado a otros países europeos. La incertidumbre prevalece mientras Madrid se adapta al caos momentáneo.
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