El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática de España, Ángel Víctor Torres, se vio envuelto en una polémica que cuestiona su relato sobre la educación de las mujeres durante el franquismo. En declaraciones recientes, Torres manifestó que su madre nunca aprendió a escribir su nombre debido a las restricciones educativas impuestas a las mujeres por el régimen de Franco. Sin embargo, las estadísticas oficiales contradicen esta afirmación, señalando un aumento en la escolarización femenina durante esa época. Esta controversia resalta la inconsistencia entre el testimonio personal del ministro y los registros históricos, remarcando la importancia de manejar con precisión la memoria histórica en el ámbito político.
El trasfondo familiar de Torres también genera interrogantes sobre las decisiones educativas tomadas dentro de su familia, en particular, el porqué su abuelo materno permitió que su madre permaneciera analfabeta. Estas preguntas reflejan una posible brecha entre la narrativa política personal y la realidad histórica. La controversia llega en un momento delicado para el Gobierno, que busca consolidar la Memoria Democrática como una herramienta para reconciliar las heridas del pasado, subrayando la necesidad de que las declaraciones oficiales se alinen con los hechos históricos comprobados para asegurar la credibilidad y efectividad de estas iniciativas.
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