Un nuevo estudio llevado a cabo por el Hospital del Mar, en colaboración con la Fundació Claror y el TecnoCampus, ha arrojado luz sobre los beneficios del ejercicio físico para mujeres que han superado el cáncer de mama. Publicado en la revista «Breast Cancer», este estudio se inscribe dentro del proyecto AQUAFIT, el cual se desarrolló desde septiembre de 2020 hasta septiembre de 2022.
La investigación involucró la participación de 28 mujeres supervivientes de cáncer de mama, quienes fueron divididas aleatoriamente para realizar ejercicios en el agua o en seco. Bajo la supervisión de fisioterapeutas especializadas, las participantes completaron un programa de 24 sesiones de ejercicio terapéutico, registrando una notable asistencia superior al 80% en ambos grupos.
Los resultados obtenidos son significativos: las mujeres que realizaron ejercicios en el agua experimentaron una reducción del 18% en los síntomas asociados a la enfermedad, mientras que aquellas que se ejercitaron en tierra lograron una reducción del 35%. Además, se destacaron mejoras en la función física, con incrementos de entre el 8% y 11% en las participantes.
La Dra. Mar Vernet-Tomás, coordinadora de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital del Mar, enfatizó la efectividad de ambos tipos de ejercicio en la mejora de la calidad de vida y la función física de las supervivientes. El estudio destaca también la buena aceptación de los ejercicios en el agua, los cuales mostraron un efecto positivo prolongado en la actividad física de las mujeres.
El ejercicio no solo benefició la condición física, sino que también mejoró la composición corporal, reduciendo el porcentaje de grasa y aumentando la masa muscular, especialmente en el grupo acuático. No obstante, se observó que las mejoras en la calidad de vida y función física no se mantuvieron después de completar el programa. Sin embargo, aquellas que participaron en sesiones acuáticas continuaron incrementando su actividad física moderada-vigorosa en las semanas posteriores.
Investigadoras como Raquel Sebio-García y Esther Mur-Gimeno resaltaron que el ejercicio acuático no solo es físicamente efectivo, sino que podría ofrecer beneficios adicionales en la función sexual. Estos hallazgos subrayan la importancia de adaptar los programas de ejercicio a las necesidades individuales de las pacientes, promoviendo así su continuidad.
Por su parte, la Dra. Marta Coll, del Área de Bienestar y Salud del Claror Marítim, destacó la importancia de integrar ejercicios acuáticos en los planes de recuperación y mantenimiento de salud para las supervivientes de cáncer de mama. Este enfoque proporciona una base sólida para futuras intervenciones en este ámbito.