En respuesta a la carga económica que implica acceder a gafas y lentillas, España ha decidido implementar un proyecto destinado a garantizar el acceso a la salud visual, tomando notas de iniciativas exitosas en países como Francia, Alemania y el Reino Unido. La ministra de Sanidad, Mónica García, anunció hace casi un año un cambio sustancial en la cobertura sanitaria, que prevé incluir estas necesidades ópticas en la cartera común de la Seguridad Social. Este cambio es especialmente relevante para los más jóvenes, quienes suelen necesitar renovaciones frecuentes debido a cambios en la graduación o daños en las gafas. El enfoque del programa se centra inicialmente en menores de 18 años provenientes de familias con menores recursos, asegurando así que los más vulnerables no carezcan de este esencial apoyo médico.
Esta nueva medida es un paso significativo hacia la equidad en el acceso a cuidados de salud visual en España. Con un coste promedio actual de casi 200 euros por unas gafas graduadas y 120 euros por lentillas, el gasto puede ser prohibitivo para varias familias, particularmente aquellas con múltiples hijos. Aunque las cifras exactas y los detalles del avance de la implementación aún no se han formalizado, se espera que las comunidades autónomas jueguen un papel crucial en la distribución y regulación de los recursos, cuidando de mantener la uniformidad y equidad en todas las regiones. Inspirándose en modelos internacionales, España apunta a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, prioritizando especialmente a aquellos que más lo necesitan.
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