El Gobierno regional ha decidido dar un paso adelante en la conservación y actualización de las tradiciones taurinas, adecuando la normativa vigente que databa de 1996. El objetivo es mantener vivas las expresiones culturales más demandadas por los aficionados, mientras se adaptan a los tiempos actuales. Esta iniciativa ha contado con la colaboración de las principales asociaciones, peñas y entidades del sector, quienes han expresado sus demandas y han participado activamente en el proceso de renovación normativa.
Una de las características más notables de este nuevo Reglamento es su apertura a festejos populares arraigados en otras regiones de España, permitiendo su autorización de manera excepcional. Sin embargo, esta permisividad viene acompañada de ciertas restricciones. Tal como se establece en el artículo 5, queda terminantemente prohibido herir, pinchar, golpear, sujetar o tratar de manera violenta a los animales involucrados. Por tanto, prácticas como el toro embolado o lanceado, a pesar de su tradición en ciertas áreas, no podrán ser replicadas si no se ajustan a estas condiciones de bienestar animal.
Dentro de las innovaciones que presenta esta normativa, destacan la incorporación de encierros camperos y mixtos, así como la organización de sueltas en circuitos urbanos cerrados. Además, se introduce la modalidad del toro soltado desde el cajón con el añadido de esparcir arena en la salida. El Reglamento también contempla los tentaderos y clases prácticas para los alumnos de las escuelas de tauromaquia, reforzando así la formación y profesionalización de las nuevas generaciones en el arte del toreo. Otro cambio significativo es la incorporación de reses hembras en encierros urbanos y la ampliación del rango de edad de los toros destinados a concursos de recortes, que se extiende de 2 a 5 años, permitiendo su participación en sueltas posteriores.
La seguridad de los participantes no ha sido pasada por alto en esta revisión del Reglamento. Se asegura la presencia de un sistema sanitario adecuado y profesional, capaz de atender cualquier emergencia durante estos eventos. Asimismo, las instalaciones estarán en todo momento bajo la supervisión de arquitectos e ingenieros cualificados, garantizando así la integridad física de todos los asistentes.
Con estas medidas, el Gobierno regional busca no solo resguardar una tradición profundamente enraizada en la cultura local, sino también adaptarla a la realidad contemporánea y a las exigencias de una sociedad cada vez más consciente del bienestar animal. Así, se consigue un equilibrio entre la preservación cultural y el respeto hacia los seres vivos.