A medida que la transformación digital evoluciona y la necesidad global de almacenamiento de datos continúa su ascenso vertiginoso, Europa se está consolidando como uno de los epicentros más prominentes para el establecimiento de centros de datos. Para el año 2025, se espera que el continente se erija como un protagonista indispensable en esta industria, con España, Polonia y otros mercados emergentes a la vanguardia. Estos países están atrayendo una creciente inversión gracias a su infraestructura tecnológica robusta, su estabilidad política y su compromiso con la sostenibilidad.
David Carrero, un especialista en infraestructura en la nube y cofundador de Stackscale (Grupo Aire), subraya la posición privilegiada de España para convertirse en un nodo crucial de datos en el sur de Europa. "La combinación de conectividad, energías renovables y la expansión de las infraestructuras está transformando a Madrid y Barcelona en imanes para las grandes compañías tecnológicas", asegura Carrero.
En todo el continente, la creciente demanda de servicios en la nube, la inteligencia artificial y la necesidad de infraestructuras digitales han sido catalizadores del crecimiento en el sector de los centros de datos. Las ubicaciones más destacadas incluyen:
España: Madrid y Barcelona se han consolidado como centros digitales estratégicos. Su conectividad con Europa, África y Latinoamérica, junto con una infraestructura energética sólida y un crecimiento de centros de datos ecológicos, colocan a España como un referente crucial.
Polonia: Varsovia emerge como un núcleo tecnológico en Europa Central, captando la atención de gigantes de la nube como Google, AWS y Microsoft, que están expandiendo sus operaciones en la región.
Alemania: Aunque Frankfurt sigue siendo el epicentro del almacenamiento de datos en Europa, las restricciones regulatorias y la saturación del mercado están llevando al desarrollo de nuevas ubicaciones dentro del país.
Países Bajos: Amsterdam mantiene su posición como un punto clave para la conectividad digital, a pesar de la presión ambiental que limita la expansión de nuevas infraestructuras.
- Irlanda: Dublín continúa atrayendo a los principales actores del sector gracias a sus políticas fiscales favorables y un ecosistema tecnológico en constante evolución.
Especialmente, España ha observado un incremento significativo en la inversión en centros de datos. El país actúa como un puente digital estratégico entre Europa y Latinoamérica, facilitando el tránsito de datos entre continentes. Este crecimiento se ve impulsado por un enfoque en la sostenibilidad, con proyectos que utilizan energías renovables como la solar y la eólica, y una expansión de la infraestructura liderada por operadores como Equinix, Digital Realty y Data4.
Carrero enfatiza que "el uso de energía renovable en los centros de datos será crucial para la competitividad de España en el sector. La sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad para las grandes infraestructuras digitales".
Las tendencias clave que están moldeando el panorama europeo de los centros de datos incluyen:
Sostenibilidad: La regulación europea está promoviendo el desarrollo de centros de datos con una huella de carbono mínima, favoreciendo el uso de energías renovables.
Edge computing: La necesidad de reducir la latencia está fomentando la expansión de centros de datos en ciudades medianas y periféricas.
Inteligencia Artificial: La IA está optimizando la eficiencia operativa de los centros de datos, permitiendo una gestión más precisa de los recursos energéticos y térmicos.
- Normativas de protección de datos: Las regulaciones europeas están exigiendo una mayor localización de datos, incentivando la construcción de nuevos centros en la región.
En conclusión, Europa, con España a la cabeza, está experimentando una transformación notable en la industria de los centros de datos. Gracias a su enfoque en la sostenibilidad, su posición geográfica estratégica y el crecimiento de la demanda digital, la región se consolida como un destino clave para la inversión y la innovación en infraestructuras digitales. Con estas tendencias emergentes, el futuro de los centros de datos en Europa promete seguir en un camino ascendente, asegurando su rol central en la economía digital global.