La nueva Comisión Europea, presidida por Ursula Von der Leyen, inicia su mandato poniendo el foco en la competitividad y la autonomía estratégica ante desafíos económicos y geopolíticos críticos. Con un contexto internacional alterado por la reelección de Donald Trump en Estados Unidos y el agravamiento del conflicto en Gaza, la Unión Europea busca reforzar su posicionamiento frente a potencias como China y EE.UU. Una de las primeras iniciativas anunciadas por Von der Leyen es el desarrollo de una «brújula de competitividad», basada en el informe Draghi, que tiene como pilares cerrar la brecha de innovación, impulsar un plan de descarbonización y fortalecer la seguridad para reducir dependencias. Este esfuerzo también involucra un grupo de expertos que garantizarán que las reformas en ayudas de estado, vitales para crear empresas europeas transfronterizas, se materialicen efectivamente.
En paralelo, la Comisión Europea tiene como prioridad consolidar su autonomía estratégica, aprendiendo de las lecciones de la pandemia y de la invasión rusa de Ucrania. Este objetivo se refleja en la reducción de la dependencia energética de actores externos como Rusia y la diversificación del suministro de materias primas, principalmente aquellas importadas de China. La defensa también juega un papel crucial, dado el contexto bélico en las puertas de Europa, presionando a desarrollar una industria militar propia mientras continúa el respaldo a Ucrania. En el ámbito geopolítico, la llegada de Trump plantea la necesidad de definir una política exterior autónoma, crucial no solo para las relaciones con Estados Unidos, sino también para posibles negociaciones de paz en conflictos como el de Gaza.
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