La Casa Blanca ha anunciado un nuevo impulso en sus políticas de seguridad con la declaración «Hagamos que EEUU sea seguro otra vez», en un esfuerzo por reforzar la seguridad nacional a través de un endurecimiento de las medidas migratorias. En este contexto, las autoridades han llevado a cabo deportaciones que incluyen a miembros del peligroso Tren de Aragua, una organización delictiva transnacional que se originó en el penal venezolano de Tocorón. Este grupo ha sido implicado en diversos actos criminales a través de América Latina, y su presencia en suelo estadounidense había generado serias preocupaciones en los organismos de seguridad del país.
El gobierno enfatiza que estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para proteger a los ciudadanos y prevenir la expansión de redes criminales. La administración ha recibido tanto apoyo como críticas por sus tácticas, con algunos sectores elogiando el intento de mantener la seguridad interna y otros expresando preocupación por el impacto en las comunidades migrantes. Esta medida se inscribe en un contexto de creciente atención sobre las fronteras y el refuerzo de las políticas migratorias, temas que continúan siendo prioritarios en la agenda política y social del país.
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