En las recientes elecciones legislativas de Moldavia, el Partido Acción y Solidaridad (PAS), liderado por la presidenta Maia Sandu, obtuvo una victoria preliminar con aproximadamente el 40% de los votos. Estos comicios, calificados por analistas como cruciales para la antigua república soviética, determinarán si Moldavia continúa su acercamiento a la Unión Europea o se inclina hacia Rusia. El Bloque Patriótico, una coalición prorrusa, ocupó el segundo lugar con el 31%. La participación fue del 52%, pese a intentos de obstaculizar el proceso electoral, como ciberataques masivos que el Servicio de Tecnología de la Información y Seguridad Cibernética logró neutralizar con éxito.
En una jornada electoral marcada también por falsas amenazas de bomba en diversos países, incluidas evacuaciones en lugares de votación en el extranjero, la presidenta Sandu reafirmó su compromiso con el camino europeo y acusó a Rusia de interferir en los comicios. Según analistas, Moldavia enfrenta una ofensiva híbrida por parte del Kremlin, que busca influir en el resultado electoral a través de desinformación y manipulación. En este contexto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, expresó su apoyo al PAS, alertando sobre las implicaciones de una posible mayor presencia rusa en Moldavia si el país modificara su inclinación política.
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