Madrid avanza hacia una ciudad más sostenible con la termoactivación del túnel del Paseo Verde del Suroeste. Este innovador proyecto, que acompaña al soterramiento de la A-5, no solo busca transformar el paisaje urbano, sino también convertirse en un referente internacional en tecnología geotérmica aplicada en suelo urbano.
Durante una jornada en el Centro Cultural El Greco, las autoridades municipales explicaron cómo la termoactivación de 1.000 metros de losa permitirá suministrar calefacción, refrigeración y agua caliente a la Biblioteca Ángel González en el distrito de Latina. La responsable de Movilidad del Ayuntamiento, María José Aparicio, junto a Lola Ortiz, directora general de Planificación e Infraestructuras, detallaron la proyección, que prevé futuras ampliaciones.
El sistema geotérmico aprovechará la temperatura constante del subsuelo, situado a 16 metros de profundidad, para reducir el consumo energético y mejorar la sostenibilidad ambiental. Dos bombas de calor geotérmicas de 110 kW cada una, situadas en un módulo externo, generarán climatización, lo que disminuirá el uso de energía eléctrica entre un 80 % y 90 % en edificaciones públicas adyacentes.
Además, el proyecto contempla la integración de energía fotovoltaica mediante pérgolas en el Paseo Verde. Estas estructuras no solo producirán energía solar, sino que ofrecerán espacios de sombra a lo largo del bulevar. Con un diseño modular adaptado a espacios urbanos, las pérgolas fotovoltaicas se repartirán en puntos clave del paseo, aumentando así la captación de energía solar.
El túnel proyectado tendrá un consumo energético estimado de 14.236 MWh al año. Sin embargo, los sistemas combinados de geotermia y energía fotovoltaica generarán un total de 15.981 MWh al año, superando el consumo previsto en un 12 %. Este enfoque no solo transforma la infraestructura en un recurso autosuficiente, sino que también demuestra un compromiso con la reducción de emisiones y la implementación de soluciones energéticas avanzadas en núcleos urbanos.
El Paseo Verde del Suroeste se convierte así en un modelo para futuras infraestructuras, marcando un paso decisivo hacia una ciudad más eficiente y respetuosa con el medio ambiente.