Estados Unidos ha intensificado su enfrentamiento con México respecto al tráfico de drogas, desencadenando un impacto significativo en el sistema financiero mexicano. El gobierno de Donald Trump ha puesto en la mira a los bancos Intercam y CIBanco, así como a la casa de bolsa Vector, por su presunta implicación en el lavado de dinero de cárteles del narcotráfico mexicanos. Las investigaciones del Departamento del Tesoro señalan transferencias millonarias destinadas, supuestamente, al pago de proveedores de fentanilo y alegan la participación de ejecutivos bancarios en sobornos y reuniones con capos del narcotráfico. Mientras tanto, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha criticado la investigación estadounidense, calificándola de infundada, aunque la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ha intervenido temporalmente las entidades implicadas para proteger a los clientes.
Las sanciones impuestas por EE.UU. han desestabilizado a las instituciones financieras acusadas, que reportan un descenso en calificaciones crediticias por parte de agencias como S&P Global Ratings y Fitch Ratings, reflejando preocupaciones sobre su estabilidad financiera. En medio de esta crisis, Vector Casa de Bolsa ha decidido cerrar su negocio de divisas, aunque asegura que la decisión no compromete los recursos de sus clientes. El gobierno mexicano insiste en la solidez del sistema financiero, pero la incertidumbre prevalece, con fideicomisos como Fibra Inn y Terrafina desvinculándose de CIBanco. Expertos advierten que estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de EE.UU. para reconfigurar su política exterior, en el contexto de tensiones geopolíticas globales.
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