El Ejecutivo mantiene su postura inflexible en su propuesta inicial, con el objetivo de presionar a las patronales para que se involucren en la negociación y participen en el acuerdo. Esta estrategia busca asegurar la cooperación y el compromiso de las organizaciones empresariales en el proceso. Esta medida ha generado tensiones en el ámbito económico mientras el gobierno busca consolidar sus políticas.
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