La preocupación por los efectos de la guerra comercial iniciada por la Administración Trump ha permeado en gobiernos y ciudadanos a nivel mundial, incluyendo a España. A pesar de tener una menor exposición que otros países, España observa con gran cautela el conflicto arancelario, reconociendo que sus efectos llegarán a sentirse pese a las medidas de contención de la Unión Europea. Un estudio de Metroscopia revela que el 80% de los encuestados anticipa consecuencias negativas para la economía española, mientras que un 69% prevé un impacto en la estabilidad financiera de Estados Unidos. En este contexto, hay un creciente sentimiento entre los españoles de buscar nuevos aliados, con China emergiendo como una opción viable, dado su papel central en la política arancelaria de Trump y la posibilidad de acercar a la Unión Europea al gigante asiático.
A pesar de la disposición a buscar nuevas alianzas, la mayoría de los españoles considera fundamental que la UE responda con medidas proporcionales, específicamente aranceles a productos estadounidenses. Sin embargo, existe un pensamiento concurrente hacia la diplomacia; un 54% de los encuestados cree que una negociación entre la UE y EE. UU. podría resolver el conflicto, mientras un 36% duda de la efectividad de tal estrategia. Las views variarán según la alineación política, con votantes de partidos nacionalistas y del PSOE mostrándose más esperanzados en un resultado positivo. Destaca también un optimismo más marcado en los jóvenes, de entre 18 y 34 años, respecto a la resolución del conflicto, un optimismo que disminuye en otros grupos de mayor edad.
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