Las autoridades medioambientales han intensificado el monitoreo en la laguna, sumergiéndose semanalmente en sus aguas para evaluar su estado. A pesar de las preocupaciones, no se ha registrado ningún episodio de mortandad hasta el momento. Esta iniciativa busca prevenir posibles daños ecológicos, asegurando la salud y equilibrio del ecosistema acuático, vital para la biodiversidad local.
El esfuerzo de vigilancia se ha convertido en una prioridad, especialmente dado el contexto global de cambio climático que afecta a los cuerpos de agua. Las inspecciones regulares permiten detectar rápidamente cualquier indicio de contaminación o alteración, facilitando una respuesta a tiempo para preservar los recursos naturales y la calidad del agua. La comunidad local y los expertos medioambientales permanecen alerta, trabajando conjuntamente para garantizar la sostenibilidad del entorno.
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