En los países de la Unión Europea (UE), la estructura de la deuda bruta del gobierno general varía notablemente en términos de madurez inicial y restante de la deuda, los instrumentos utilizados y los sectores institucionales que la poseen. Sin embargo, cuando se analiza la moneda en la que está denominada esta deuda, se observa una imagen más uniforme.
Al cierre de 2023, para todos los países miembros de la zona euro, prácticamente la totalidad de su deuda bruta del gobierno central a valor facial (más del 99.5%) estaba denominada en euros. Situación similar se presentó en Dinamarca, Chequia y Suecia, donde más del 90% de su deuda estaba en sus respectivas monedas nacionales.
Una excepción notable se encuentra en Bulgaria y Rumanía, donde más del 50% de la deuda bruta del gobierno central estaba denominada en monedas extranjeras, con un 75% y 51% respectivamente. Además, en Hungría y Polonia se registraron proporciones significativas de deuda en moneda extranjera, con un 30% y 24% respectivamente. La mayoría de esta deuda en moneda extranjera de los países de la UE no pertenecientes a la zona euro estaba denominada en euros.
Estos datos provienen de un informe sobre la deuda del gobierno general en la UE, publicado hoy por Eurostat. El informe también incluye información detallada en «Statistics Explained», abordando aspectos como instrumentos de deuda, sectores tenedores de la deuda, madurez inicial y restante, así como garantías gubernamentales.
El costo aparente de la deuda, definido como la relación entre el gasto de intereses devengados y la deuda promedio anual, aumentó en la mayoría de los países de la UE entre 2022 y 2023. Esta tendencia se atribuye principalmente a nuevas emisiones de deuda con mayores tasas de interés.
En 2023, el costo aparente más alto de la deuda bruta del gobierno general se reportó en Hungría (6.8%), seguido de Polonia y Rumanía (ambos con 4.5%). En contraste, Luxemburgo registró el costo aparente más bajo (1.2%), seguido de los Países Bajos y Alemania (ambos con 1.4%). Los únicos países donde el costo aparente de la deuda del gobierno no aumentó fueron Italia, Dinamarca y Francia.