La madrugada del sábado, la mezquita de Piera, ubicada en la carretera del Badorc, fue consumida por un incendio cuyas causas aún se desconocen, aunque las autoridades sospechan que pudo ser intencionado. Afortunadamente, no hubo daños personales debido a que el local estaba vacío en el momento del siniestro. El devastador evento ha generado una profunda desolación y rabia entre la comunidad islámica local, que había invertido años de esfuerzo en la construcción del centro de culto. Núria Parlon, consejera de Interior, planteó la posibilidad de que se trate de un delito de odio, considerando la larga convivencia pacífica de la comunidad musulmana en la zona. Además, evitó especular sobre una posible conexión con un anterior incidente de tinte xenófobo ocurrido en mayo en Piera.
Las tres principales federaciones musulmanas de Cataluña condenaron los hechos como «ataques cobardes» destinados a fracturar la cohesión social. En un comunicado, exigieron a las autoridades identificar a los responsables del incendio, calificando el suceso como un ataque grave a la libertad religiosa. Mohamed El Ghaidouni, representante de UCIDCAT, expresó su inquietud por la falta de respaldo percibido de las instituciones y urgió a la administración a tomar medidas contundentes. La comunidad islámica local se reunió este lunes con representantes del Ayuntamiento y la Generalitat para expresar su preocupación por el estado de la mezquita y los costos de su rehabilitación, reafirmando su anhelo de justicia y apoyo.
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