Portugal enfrenta una crisis incendiaria que ha consumido casi el 3% de su territorio, con 274.653 hectáreas afectadas, según datos del sistema Copernicus. Los incendios más destacados se ubican en los municipios de Cinco Vilas y Arganil, siendo este último el más descontrolado. Tres personas han perdido la vida a causa de estos desastres, lo que ha obligado a evacuar a un millar de residentes desde finales de julio. Las autoridades han destacado que las tormentas eléctricas secas y el viento han complicado las labores de extinción. Actualmente, 47 incendios se han registrado esta temporada, de los cuales la mayoría están bajo control, aunque persisten desafíos significativos en el norte y centro del país.
La población local ha mostrado una respuesta valiente frente a la emergencia. Sandra Duarte, de Arganil, relata cómo el fuego estuvo a punto de consumir su pueblo, Porto Silvado, mientras que Odete Francisco cuenta cómo su aldea, Sobral Gordo, logró resistir gracias a los esfuerzos comunitarios y de los bomberos. El gobierno ha solicitado ayuda internacional, recibiendo apoyo de Grecia y Marruecos, mientras que el primer ministro, Luís Montenegro, discute financiamiento con la Unión Europea para futuras medidas preventivas. La situación sigue siendo crítica, aunque las labores de combate al fuego continúan con intensidad y determinación.
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