En la madrugada del miércoles, un dron provocó una explosión en Polonia, cerca de la aldea de Osiny, a unos 40 kilómetros de Varsovia y a corta distancia de las fronteras con Bielorrusia y Ucrania. Las autoridades polacas sospechan que se trata de una provocación rusa, continuando un patrón de incidentes similares en otros países miembros de la OTAN cercanos a Rusia. El ministro de Defensa polaco, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, calificó el evento como otra provocación de la Federación Rusa en un momento crucial debido a las conversaciones de paz en curso sobre Ucrania. A pesar del impacto y el incendio subsiguiente, no se reportaron heridos, aunque sí daños materiales en estructuras cercanas. Mientras que Moscú no ha emitido declaraciones sobre el incidente, las investigaciones continúan para determinar la procedencia y la intención del aparato.
Este suceso se suma a una serie de incidentes similares en la región que han intensificado la preocupación por la seguridad. El ministro de Exteriores de Lituania ha solicitado a la OTAN más sistemas de defensa antiaérea tras reportar drones similares cruzando su espacio aéreo desde Bielorrusia. Además, Rumania ha encontrado restos de aparatos rusos en su frontera con Moldavia. Polonia recuerda con alarma un previo incidente en 2022 cuando un misil antiaéreo ucraniano impactó accidentalmente en su territorio. Aunque no se han confirmado violaciones del espacio aéreo polaco recientes, la hipótesis de que el dron fuese un señuelo con escasa carga explosiva refuerza la necesidad de reforzar las defensas y la vigilancia. El aparato podría ser una variante rusa del dron Shahed-136 iraní, diseñado para evadir sistemas de detección.
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