El pollo con tomate, un clásico de la cocina de las abuelas, está resurgiendo como una opción culinaria ideal para tiempos modernos debido a su sencillez y practicidad. Este plato, que solía ser común en los hogares españoles, ahora enfrenta el riesgo de caer en el olvido ante la disminución de la cocina casera. Sin embargo, sus numerosas ventajas, como la facilidad de preparación, la versatilidad para diferentes ocasiones y su capacidad de almacenamiento, lo convierten en un candidato perfecto para ser rescatado y apreciado nuevamente. Este guiso es adecuado para disfrutar en cualquier estación del año y es ideal para llevar al trabajo en táper, conservando su delicioso sabor y textura.
La receta propone un equilibrio perfecto entre lo tradicional y lo moderno, incorporando ingredientes básicos como muslos de pollo, tomate triturado, cebolla y ajo, con un toque de creatividad mediante el uso de vermut o vino dulce y, opcionalmente, guindillas para un toque picante. El proceso de cocinado es simple y poco desordenado, lo que añade atractivo para aquellos con tiempo limitado. Además, el dilema de mantener o retirar la piel del pollo se resuelve al dorarla y utilizar su grasa, evitando que quede blanda en el plato. Este guiso no solo inspira a mantener viva una tradición culinaria, sino que también ofrece una excusa perfecta para disfrutar de una comida casera reconfortante tanto en solitario como en compañía.
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