La Policlínica Gipuzkoa ha emitido una alerta sobre el incremento del riesgo de contagio del pie de atleta, una infección cutánea causada por hongos que afecta a aproximadamente el 15% de la población mundial, convirtiéndose en la micosis más frecuente. Este aviso se basa en las observaciones del podólogo Jesús Molano, quien destacó que la infección prolifera principalmente debido a la temperatura y humedad generadas por el calzado durante la práctica deportiva.
El término «pie de atleta» se atribuye a que los deportistas son especialmente susceptibles a esta infección. El riesgo se incrementa al caminar descalzo en duchas públicas, piscinas, vestuarios y otros lugares similares. También puede transmitirse al compartir toallas, calzado o calcetines, o caminar descalzo sobre alfombras, moquetas o suelos húmedos en espacios concurridos, como habitaciones de hotel. Además, el uso de calzado cerrado que mantiene los pies sudados y húmedos aumenta aún más el riesgo.
Se estima que el 70% de las infecciones por tiña, una infección causada por hongos, corresponden al pie de atleta. Curiosamente, esta afección es casi inexistente entre los pueblos indígenas que suelen caminar descalzos. En contraste, Europa presenta una alta incidencia de casos debido a las características de los hongos patógenos y las vías de transmisión típicas de la región.
El diagnóstico del pie de atleta generalmente puede realizarse con una inspección visual, aunque algunos tipos pueden confundirse con piel seca o dermatitis. Para confirmar el diagnóstico, los médicos pueden tomar una muestra de piel para su análisis en el laboratorio. Los síntomas incluyen intensa picazón, irritación y descamación de la piel, así como pequeñas grietas entre los dedos y ampollas en la planta del pie.
Para prevenir esta infección, el podólogo Jesús Molano recomienda adoptar ciertos hábitos de higiene, como usar chanclas en espacios públicos, secarse bien entre los dedos del pie, controlar el exceso de sudoración, utilizar productos antimicóticos, elegir calzado ligero y ventilado, y usar calcetines de calidad.
El tratamiento del pie de atleta incluye el uso de pomadas y geles antimicóticos, y en casos más graves, se puede recomendar terapia oral. Si la infección no mejora con tratamientos de cuidado personal en un período de 2 a 4 semanas, o si reaparece frecuentemente, es aconsejable consultar a un médico. El especialista evaluará el diagnóstico y determinará el tratamiento más adecuado, que puede incluir medicamentos antimicóticos orales, antibióticos para infecciones bacterianas secundarias y cremas tópicas.
La Policlínica Gipuzkoa insiste en la importancia de actuar rápidamente ante los primeros síntomas del pie de atleta para evitar complicaciones en la salud del pie. La clave, según el podólogo, es ser conscientes del cuidado de nuestros pies y la necesidad de un tratamiento adecuado ante los primeros signos de irritación.