Sindicatos de la Policía Nacional y asociaciones de guardias civiles se manifestaron frente a las sedes de 18 delegaciones del Gobierno en España, oponiéndose al pacto migratorio entre el PSOE y Junts que, según ellos, transfiere ilegalmente competencias a los Mossos d’Esquadra. Esta movilización sigue a una serie de reuniones y apoyos políticos recibidos, incluyendo el respaldo de Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, quien instó a continuar con las protestas. Durante las concentraciones, se criticó al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por su gestión del acuerdo, afirmando que este es un peligro para el país y Europa. En Madrid, se leyó un manifiesto que calificaba el pacto de intento por desmantelar las instituciones del Estado, y se exigió acción contra el Gobierno central.
Las manifestaciones estuvieron organizadas por una plataforma unificada por 12 sindicatos policiales que reclaman, entre otras demandas, la equiparación salarial y reconocimiento de riesgos laborales. En los actos, se exhibieron símbolos como un féretro de cartón y un maniquí del expresidente Carles Puigdemont, utilizados ya en anteriores protestas, marcando una continuidad en la estrategia de oposición al pacto migratorio. La protesta también llevó a tensiones internas debido a la presencia de Javier Ortega-Smith, parlamentario de Vox, cuya asistencia generó malestar entre los manifestantes, recordando las confrontaciones sucedidas en protestas previas contra la ley de amnistía. Mientras que el PP se excusó de asistir debido a compromisos parlamentarios, las críticas se centraron tanto en el Gobierno como en la figura del ministro Marlaska, a quien acusan de encubrir ilegalidades y humillar a las fuerzas de seguridad.
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