La gestión de la catástrofe provocada por la DANA en la provincia de Valencia, que ha cobrado la vida de 222 personas, ha intensificado el conflicto político entre el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). La controversia más reciente se produjo durante la sesión de control de las Cortes Valencianas, donde la vicepresidenta valenciana, Susana Camarero, del PP, criticó a la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, del PSOE, por asistir a las reuniones del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) vestida con ropa de protección civil. Bernabé respondió que es poco apropiado utilizar tacones y falda en los pueblos afectados, como los que ha estado visitando, destacando la ausencia de líderes de la Generalitat en esas zonas. Como ejemplo, durante una visita a Massanassa tras la muerte de un trabajador de Tragsa, Bernabé fue recibida con abucheos, mientras que faltaron representantes del gobierno autonómico.
Además de las acusaciones de hacer política en momentos de tragedia, la gestión económica también ha entrado en el debate. Rosa Peris, diputada socialista, acusó al vicepresidente segundo, Francisco José Gan Pampols, de incrementar su salario tras el decreto que eliminó el límite salarial anteriormente establecido. Camarero, por su parte, acusó al PSOE de centrarse en el «tacticismo electoral» en lugar de ayudar a los afectados por la DANA. Las tensiones entre ambos partidos se manifiestan tanto en el terreno del vestuario en situaciones de emergencia como en las decisiones administrativas, reflejando un panorama político cargado, donde las actuaciones y omisiones son discutidas intensamente en un contexto de desastre natural.
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