El Partido Republicano está promoviendo una resolución en el Congreso de Estados Unidos que busca restringir a las mujeres trans, como Sarah McBride, la congresista trans electa, el uso de los baños del Capitolio que no coincidan con su sexo biológico. Esta iniciativa, liderada por la congresista Nancy Mace, ha encendido un debate sobre los derechos de las personas trans a nivel federal, un tema que hasta ahora se había tratado principalmente a nivel estatal. Los republicanos argumentan que esta medida responde al deseo de proteger a las mujeres, mientras que los críticos señalan que representa una restricción de los derechos de la comunidad LGTB. La discusión se inscribe en un contexto más amplio, en el que los republicanos han planteado múltiples leyes contra los derechos trans, en contraste con las políticas de la administración de Joe Biden que buscan ampliar las protecciones para las personas trans y limitar las prácticas de conversión.
Sarah McBride, quien ha hecho historia al ser elegida como la primera congresista trans en Delaware, ha pedido respeto y unidad, sugiriendo que los miembros del Congreso deberían aprender a convivir respetuosamente con personas de diferentes trayectorias. Mientras tanto, dentro del partido republicano, figuras como Marjorie Taylor Greene han reafirmado su postura de que las instalaciones como baños y vestuarios deben usarse exclusivamente según el sexo biológico. Estas tensiones reflejan un panorama político polarizado, donde las leyes estatales restrictivas hacia las personas trans han ganado terreno, multiplicando las dificultades para la comunidad trans en ámbitos como el deportivo y educativo. La situación genera preocupación entre grupos de derechos humanos, que alertan sobre el aumento de discriminación y violencia hacia la comunidad LGTB, señalando que estos debates y legislaciones impactan directamente en su calidad de vida y derechos fundamentales.
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