El reciente reemplazo en la dirección del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque ha generado una ola de críticas hacia el Ayuntamiento de Madrid por parte de diversos sectores culturales. Según ha trascendido, la destitución del anterior director ha sido vista como una maniobra política que pone en riesgo la independencia y la calidad artística del centro. La medida ha abierto un acalorado debate sobre la gestión de los espacios culturales en la capital, donde se teme que este tipo de decisiones puedan afectar la programación y la libertad creativa de estas instituciones.
Varios colectivos de artistas y gestores culturales han alzado la voz, señalando que la intervención del Consistorio puede derivar en una instrumentalización partidista de la cultura. En respuesta, representantes del Ayuntamiento han defendido la decisión argumentando que es parte de una reestructuración necesaria para mejorar la eficiencia y la oferta cultural del Condeduque. No obstante, la controversia sigue viva y ha puesto de manifiesto las tensiones existentes entre la administración pública y el sector cultural, retratando un escenario donde el equilibrio entre política y cultura se encuentra en una encrucijada crítica.
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