Podemos ha decidido no participar en la ronda de contactos organizada por el PSOE para tratar de recomponer las relaciones con sus socios parlamentarios, tras las recientes acusaciones de corrupción vinculadas al llamado «caso PSOE». El partido liderado por Ione Belarra critica duramente al Gobierno, al que acusa de ser «belicista», y cuestiona la legitimidad de Pedro Sánchez para encabezar un proyecto progresista. Pablo Fernández, secretario de Organización de Podemos, ha dejado claro que su partido considera imposible seguir negociando mientras persistan las acusaciones de corrupción y ha calificado la situación como un intento de «lavado de cara» por parte del PSOE. A pesar de estas tensiones, una diputada de Podemos participó en una reunión con el Ministerio de Trabajo para discutir la ley de reducción de jornada.
Por su parte, la vicepresidenta Yolanda Díaz ha mantenido un encuentro con el presidente Sánchez para intentar encontrar una solución a la crisis política. El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, anunció que Díaz transmitiría las preocupaciones de su partido y establecería condiciones para un «reseteo» de la legislatura. Sumar exige garantías del PSOE para combatir la corrupción y un relanzamiento de la agenda social. Mientras tanto, Izquierda Unida, a través de Sira Rego, ha presentado un documento con 35 medidas contra la corrupción, presionando a los socialistas para implementar reformas concretas. Antonio Maíllo, coordinador federal de IU, enfatizó la necesidad de convertir el escándalo en acción política y destacó el compromiso de su partido con la lucha anticorrupción y la continuidad del Gobierno.
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