Izquierda Unida (IU) ha resuelto recientemente las tensiones con el PSOE tras haber amenazado con romper la coalición entre ambos partidos. La crisis se originó debido a discrepancias internas sobre diversas políticas y enfoques estratégicos, generando incertidumbre sobre la estabilidad de la alianza. Sin embargo, tras varias reuniones y negociaciones, IU ha reafirmado su compromiso con la coalición, enfatizando su deseo de mantener la unidad y continuar trabajando conjuntamente en la agenda progresista, lo cual es clave para la acción del gobierno en los próximos años.
La resolución de este conflicto es vista como un alivio para ambas formaciones, ya que la ruptura podría haber afectado la cohesión del gobierno y debilitado su capacidad para implementar reformas. Los líderes de IU han subrayado la importancia de la coalición en la consecución de objetivos comunes y han expresado su expectativa de que esta alianza tenga una «larga vida». Esta reafirmación de unidad busca fortalecer la posición del gobierno ante retos políticos y económicos, asegurando que las diferencias que surjan puedan ser gestionadas de manera constructiva sin amenazar la estabilidad política.
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