En las preliminares del Concurso de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz, una de las chirigotas, «Abre los ojos», fue descalificada tras generar controversia por su contenido. Según se comenta, la actuación carecía de la calidad esperada para el prestigioso evento y pretendía transmitir un mensaje de corte negacionista, algo que va en contra de los valores y la esencia del carnaval gaditano. Este evento, reconocido mundialmente por su crítica social y humor inteligente, no cede espacio a discursos que distorsionen la realidad o que atenten contra el respeto y la convivencia que caracteriza a las festividades de esta ciudad.
La situación ha puesto en relieve una verdad conocida entre los carnavaleros: no se trata de censura, sino de preservar la idiosincrasia de las fiestas. En Cádiz, el carnaval es una expresión de la cultura local profundamente arraigada, donde se espera que las agrupaciones promuevan la reflexión y el entretenimiento sin transgredir los límites de la ética comunitaria. Este incidente se ha convertido en un recordatorio de la responsabilidad que conlleva participar en un evento que no solo es festivo, sino también un espacio de madurez política y social.
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