En las calles de Kiev, la reciente noticia del acuerdo de alto el fuego entre el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el exmandatario estadounidense Donald Trump ha sido recibida con sentimientos encontrados. La incertidumbre y la desconfianza predominan entre los ciudadanos, quienes se muestran escépticos sobre las verdaderas intenciones y la viabilidad del acuerdo. La población, acostumbrada a un prolongado periodo de conflicto, percibe este anuncio con cautela, temiendo que pueda tratarse de una medida superficial que no aborde las raíces del conflicto y, por tanto, no garantice una paz duradera.
Además de estas emociones, el cansancio es una constante en las respuestas de los entrevistados. Tras años de tensión y conflicto, los ciudadanos expresan un profundo agotamiento frente a la prolongación de la crisis y las promesas de solución que anteriormente han quedado incumplidas. Este cansancio se traduce en un deseo compartido de estabilidad y normalidad, aunque la confianza en que este nuevo anuncio pueda significar un verdadero cambio continúa siendo limitada. La expectativa en Kiev es cautelosa, reflejando una espera vigilante de acciones concretas que validen las palabras del acuerdo reciente.
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