Desde que Alberto Núñez Feijóo asume un rol protagonista en la política española, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, ha visto un renacimiento en su carrera política. Este giro se produjo tras un acto en Alicante, donde Feijóo ofreció un apoyo tibio pero estratégico a Mazón, justo cuando un informe de la UCO trajo un escándalo que ha debilitado a sus rivales del PSOE. Este nuevo panorama ha proporcionado a Mazón un respiro en medio de la crítica por su gestión durante una reciente catástrofe en Valencia. Con la oposición socialista tambaleándose, y con sus aliados cuestionados internamente, Mazón ha ganado terreno, y se ha fortalecido su posición dentro del Partido Popular, al mismo tiempo que las encuestas reflejan una percepción pública aún dividida.
Sin embargo, el futuro de Mazón no está asegurado. Se enfrenta principalmente a dos desafíos: la investigación independiente que avanza en los juzgados de Catarroja y su propia figura polarizadora, que ha revitalizado a la izquierda valenciana. La investigación, liderada por la juez Nuria Ruiz Tobarra, podría exponer fallos de su gestión, mientras que su presencia provoca una fuerte oposición social y mediática. La Comunidad Valenciana sigue siendo un territorio electoral clave en España, y la impopularidad de Mazón plantea un riesgo significativo para los planes del Partido Popular de consolidar su hegemonía política. En este contexto, la decisión de Feijóo de apoyar o prescindir de Mazón se convierte en una apuesta crítica para el partido.
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