La ruta electoral de la izquierda colombiana se redefine tras la decisión de María José Pizarro, Gustavo Bolívar y Susana Muhamad de retirar sus aspiraciones presidenciales en el contexto del Pacto Histórico. Estas figuras políticas optaron por respaldar al senador Iván Cepeda como candidato, quien ahora se enfrenta al exalcalde de Medellín Daniel Quintero y a la exministra de Salud Carolina Corcho. Este movimiento busca consolidar la unidad de las fuerzas progresistas, afectada previamente por complejas resoluciones del Consejo Nacional Electoral. La determinación de los aspirantes llega poco antes del cierre del plazo para inscribir candidaturas, generando un nuevo enfoque que promueve a Cepeda como el candidato preferido por gran parte de la coalición, y frena las ambiciones de Quintero, cuya candidatura genera divisiones internas.
El exalcalde Quintero, criticado por su falta de historial de militancia y su implicación en un caso de corrupción, se convierte en el punto de discordia entre las bases progresistas. Bolívar, tras renunciar a su aspiración, enfatizó su compromiso con la integridad y la coherencia política al no apoyar candidaturas comprometidas por acusaciones de corrupción, destacando a Cepeda como una representación fiel de sus principios. La consulta popular prevista para el 26 de octubre, inicialmente en duda por incertidumbres jurídicas, finalmente se reactivó. Este evento es crucial para definir no solo al candidato presidencial del Pacto, sino también las listas al Senado, preparando así la escena para futuros enfrentamientos políticos, y permitiendo un potencial regreso de los aspirantes retirados en una consulta interpartidista en marzo.
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