En un desarrollo innovador, investigadores de la Universidad Sungkyunkwan (SKKU) de Corea del Sur, junto con colegas de Estados Unidos, han presentado una tecnología que podría transformar la cirugía ortopédica. Se trata de una pistola de pegamento modificada que imprime injertos óseos biodegradables directamente en fracturas y defectos durante la operación. Este avance, publicado en la revista Device de Cell Press, combina impresión 3D de baja temperatura con biomateriales de nueva generación, en un dispositivo portátil diseñado para el quirófano.
El ingenioso equipo logró convertir una pistola de pegamento común en un sistema de impresión in situ, capaz de extruir biomateriales a temperaturas seguras para el tejido humano, aproximadamente 60°C. Este dispositivo compacto y manual permite a los cirujanos controlar la dirección, ángulo y profundidad de impresión en tiempo real, lo que supone un cambio significativo respecto a las prácticas actuales que dependen de la fabricación previa de implantes a medida.
La pistola no utiliza pegamento convencional, sino un compuesto de policaprolactona (PCL) e hidroxiapatita (HA), aportando resistencia, elasticidad y mejorando la adhesión celular. Este sistema actúa como un soporte temporal para el crecimiento de nuevo tejido óseo, degradándose de forma controlada y siendo reemplazado por hueso regenerado. Además, la capacidad de añadir antibióticos al compuesto permite liberar medicamentos localmente, disminuyendo el riesgo de infecciones postoperatorias.
En pruebas de laboratorio con cultivos celulares, los investigadores validaron que el material no es tóxico y fomenta el crecimiento de células óseas. Además, en estudios realizados en modelos animales, específicamente con conejos, la pistola demostró una mejor regeneración ósea y un efecto antibacteriano significativo.
La tecnología presenta ventajas frente a métodos tradicionales como los cementos óseos, injertos o implantes metálicos. Este nuevo dispositivo aporta personalización al adaptarse a fracturas irregulares, rapidez al reducir el tiempo quirúrgico y economía al evitar la fabricación externa de implantes personalizados.
Sin embargo, a pesar de sus prometedores resultados, la pistola de impresión ósea aún debe superar desafíos antes de ser aplicada en seres humanos. Estos incluyen establecer protocolos de esterilización, ensayos en animales de mayor tamaño y obtener aprobaciones regulatorias.
Este avance podría marcar un hito en la medicina ortopédica y traumatológica, extendiendo sus potenciales aplicaciones a la reconstrucción tras cáncer óseo, corrección de defectos congénitos y otras áreas de la medicina regenerativa. La posibilidad de imprimir biomateriales directamente en el quirófano es un paso hacia la personalización de tratamientos médicos, abriendo un vasto campo de innovaciones futuras.
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