En la concentración motera Pingüinos de Valladolid, la mayor reunión invernal de motociclistas de Europa, la presencia y participación femenina se hace cada vez más visible. A pesar del ambiente ruidoso marcado por el rugido de las motocicletas y la música de Metallica y Black Sabbath, las mujeres moteras destacan no solo por su creciente número, sino también por su perseverancia en un entorno tradicionalmente dominado por hombres. Daniela Guillén y Jana Sánchez, figuras destacadas del motocross nacional, junto con la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y Raquel Arroyo, presidenta de Turismoto, reflexionan sobre el papel de la mujer en el motociclismo. Coinciden en que aunque ha habido avances significativos, todavía persiste un largo camino hacia la igualdad. La visibilidad y el reconocimiento, tanto en medios de comunicación como en patrocinio, emergen como aspectos clave para transformar esta realidad.
Las integrantes de este medio, como Sofía Villalba y Sabrina Vergonet, narran experiencias cotidianas donde el machismo aún se manifiesta, desde comentarios displicentes hasta actitudes paternalistas en eventos públicos. Sin embargo, más que censura, estas mujeres destacan la sororidad y el apoyo que reciben dentro de la comunidad motera. Mientras que la presidenta de Turismoto relata cómo, al poco de dar a luz, la motocicleta se volvió una sensación de libertad y reivindicación de capacidades, las campeonas de motocross sueñan con una equiparación real en sus disciplinas, como ya se ve en otras áreas deportivas. Aunque los desafíos persisten, el festival Pingüinos se erige como un símbolo de los cambios en proceso y un llamado a la acción para patrocinadores y leyentes en favor de una mayor inclusión y equidad de género en el mundo del motor.
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