Según fuentes del partido, la portavoz del Gobierno había manifestado su interés en asumir la secretaría de Organización, un movimiento que la alejaría de sus responsabilidades actuales en la región. Sin embargo, las recientes acusaciones que rodean al ‘número 3’ del partido han alterado estos planes. Aunque no se han detallado públicamente las acusaciones, la situación parece lo suficientemente delicada como para que la portavoz haya sido reenviada a su rol original en la región. Esta decisión pretende evitar cualquier tipo de sospecha o controversia adicional que pudiera surgir de su potencial ascenso en la estructura nacional del partido.
El regreso de la portavoz a su función regional ha sido visto por algunos analistas políticos como una medida preventiva diseñada por el partido para mantener la estabilidad interna durante un tiempo de incertidumbre. La readaptación a su antiguo puesto podría fortalecer la confianza y representar la imagen de unidad y control del partido, minimizando así los riesgos asociados con las turbulencias en el liderazgo. Por ahora, se espera que la portavoz continúe trabajando de cerca con su equipo en la región, mientras el partido maneja lo que se perfila como una crisis potencialmente perturbadora en sus altos mandos.
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