El anuncio del aumento en la tarifa del TransMilenio y los buses zonales de Bogotá para el año 2025 ha reavivado el debate entre el alcalde Carlos Fernando Galán y el presidente Gustavo Petro. La disputa se centra en la falta de un aporte económico de 825.000 millones de pesos prometido por la administración anterior y que, según Galán, obligó a considerar el ajuste tarifario. Petro, por su parte, ha negado que los recursos debieran destinarse a subsidiar la operación del sistema de transporte, sugiriendo que tales sumas beneficiarían indiscriminadamente a empresarios acaudalados. Este cruce de declaraciones se suma a una larga lista de divergencias entre ambos líderes sobre asuntos clave de la capital, que van desde la construcción del metro hasta la gestión hídrica.
El déficit del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), cifrado actualmente en 3,4 billones de pesos, es el eje de la controversia. Para mitigar la ausencia de recursos nacionales, Galán ha sugerido recurrir al Fondo de Estabilización Tarifaria y ha defendido en ruedas de prensa que la expectativa de recibir dichos fondos fue generada durante las discusiones del Plan Nacional de Desarrollo. A la par, ha explorado otras vías para mejorar el sistema, como la incorporación de buses eléctricos cofinanciados por el gobierno. Además, ha propuesto la introducción de bonos mensuales para los usuarios del TransMilenio como una medida para asegurar ingresos constantes, lo que podría fomentar un incremento en el uso del sistema sin depender de subsidios directos, según estudios académicos que avalan la eficiencia de este modelo.
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