El conflicto entre el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y su exministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, se intensifica. Petro acusa a Leyva de colaborar en un complot internacional liderado por el congresista estadounidense Mario Díaz-Balart para derrocar su gobierno. Las declaraciones del mandatario surgieron tras la publicación de una segunda carta de Leyva. En ella, el exministro reitera acusaciones de presunta drogadicción contra el presidente, afirmaciones que Petro ha desmentido repetidamente. Durante un encuentro en Bogotá, Petro aseguró que Leyva busca apoyo en la Comisión de Acusaciones del Congreso para destituirlo, calificando el supuesto complot de «desesperado» ante la falta de avances en la investigación del Consejo Nacional Electoral sobre el financiamiento de su campaña en 2022.
La situación se complicó cuando Leyva anunció que enviaría su carta a embajadores extranjeros, sin aportar pruebas concretas de sus aseveraciones. Petro respondió directamente a Díaz-Balart, advirtiendo que cualquier intento de derrocarlo provocaría una «revolución colombiana». Díaz-Balart, reconocido por su postura conservadora, replicó con ironía en redes sociales, sugiriendo que Petro estaba bajo la influencia de sustancias, y criticó un error en la escritura de su apellido por parte de Petro. Este intercambio refleja la creciente tensión política en Colombia, con implicaciones internacionales significativas.
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