En un intento renovado por reactivar los diálogos de paz en Colombia, Gloria Quinceno, negociadora del gobierno de Gustavo Petro, sostuvo una reunión crucial en Caquetá con «Calarcá», líder de las unidades de la disidencia guerrillera EMBF en la Amazonía. Este encuentro busca desatascar negociaciones que enfrentan un limbo desde octubre de 2024, cuando finalizaron los últimos diálogos sin prorrogar el cese al fuego bilateral. La importancia de este acercamiento radica en establecer un acuerdo que priorice la revitalización ambiental de la selva amazónica. Se contempla un esfuerzo compartido para contener la deforestación en parques nacionales críticos como Serranía del Chiribiquete. El comunicado conjunto destaca la urgencia de atender las amenazas sobre el arco amazónico, poniendo de manifiesto el deterioro ambiental y la necesidad de una paz territorial sostenible.
Como parte de las acciones futuras, se acordó un «encuentro amplio» con comunidades campesinas para definir temas a abordar, incluidas las zonas de reserva campesina que podrían limitar la expansión agrícola. A pesar del escepticismo y los desafíos inherentes -como la renuncia de Camilo González Posso como jefe negociador gubernamental- el gobierno busca avances visibles antes del cambio de administración en 2026. Sin embargo, el poder e influencia del EMBF en la región, incluida su gestión sobre la deforestación, plantea un complejo escenario para la negociación. Petro ha dejado claro que los recursos para la revitalización deben manejarse comunitariamente, aspirando a debilitar el control ambiental de los insurgentes y fortalecer el vínculo entre el Estado y el campesinado.
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