En un giro inesperado de acontecimientos diplomáticos, el Departamento de Estado de Estados Unidos decidió revocar el permiso de entrada al presidente de Colombia luego de que este instara al ejército colombiano a desobedecer las órdenes del entonces presidente Donald Trump. La declaración se produjo en el contexto de una manifestación en apoyo a Palestina, llevada a cabo en la ciudad de Nueva York. La acción del presidente colombiano ha generado tensiones entre las dos naciones, tradicionalmente aliadas, y ha suscitado preocupaciones sobre el impacto en la cooperación bilateral, particularmente en materia de seguridad y política internacional.
La marcha, que atrajo a un considerable número de participantes, subrayó el apoyo a Palestina en una ciudad con una población diversa y políticamente activa. Sin embargo, la afirmación del mandatario colombiano añadió un matiz controvertido al evento y rápidamente se convirtió en un punto focal para los medios internacionales. La respuesta del Departamento de Estado refleja la seriedad con la que Washington percibe cualquier indicio de insubordinación militar instigado por un líder extranjero. Hasta el momento, no se ha emitido una declaración oficial por parte de la Casa Blanca, pero se anticipa que este incidente podría tener implicaciones duraderas en las relaciones diplomáticas entre ambos países.
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