El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha sorprendido con declaraciones críticas hacia el chavismo, denunciando la detención del opositor venezolano Enrique Márquez por parte del régimen de Nicolás Maduro. Petro, quien mantiene un seguimiento cercano del caso, ha manifestado que es imposible defender la justicia en Venezuela si esta sigue siendo manipulada desde el poder. Márquez fue arrestado tras rechazar los resultados de las elecciones presidenciales de 2026, donde Maduro fue declarado vencedor. El presidente colombiano, a través de redes sociales, ha condenado la injusticia y ha enfatizado la necesidad de diálogo y reconciliación, mientras ve con preocupación la amenaza de una intervención militar estadounidense en Venezuela.
A pesar de las tensiones, Petro se ha alejado de la postura de ruptura de relaciones adoptada por su predecesor, Iván Duque, optando por mantener vínculos con el régimen venezolano. En este contexto, Petro, junto a líderes latinoamericanos como López Obrador y Lula da Silva, propuso sin éxito un acuerdo para una transición pacífica del poder en Venezuela. Este plan incluía una salida de Maduro sin consecuencias judiciales, pero fue rechazado por el gobierno venezolano. Mientras tanto, los desafíos persisten en la región fronteriza, donde un acuerdo para una «zona binacional» busca impulsar la economía sin éxito concreto hasta ahora. La situación se complica con la presencia militar estadounidense, que bajo el pretexto de combatir el narcotráfico, presiona sobre el régimen de Maduro, marcado por acusaciones no comprobadas de corrupción y tráfico de drogas.
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