A pesar de los temores generalizados sobre el impacto de la automatización digital en el mercado laboral, el organismo internacional ha proyectado un crecimiento positivo en la creación de empleos a nivel mundial. Se estima que en los próximos cinco años se generarán 78 millones de nuevos puestos de trabajo. Este incremento es atribuido en parte a la evolución de las tecnologías digitales que, en lugar de suprimir empleos, están transformando las industrias y abriendo nuevas oportunidades laborales. Áreas como la tecnología de la información, la salud y los servicios ambientales se destacan como sectores clave que impulsarán este crecimiento.
Sin embargo, este pronóstico optimista viene acompañado de desafíos significativos. La automatización exige una reconfiguración de las habilidades humanas, lo que implica que la fuerza laboral actual deberá adaptarse a nuevas competencias para competir por los empleos emergentes. Los expertos subrayan la urgencia de implementar programas de capacitación y educación continua para garantizar que los trabajadores puedan participar en la nueva economía digital. Además, la brecha tecnológica entre economías desarrolladas y en desarrollo podría ampliarse si no se toman medidas inclusivas, lo que representa un reto adicional en la distribución equitativa de estos nuevos empleos.
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