A finales de 2023, el panorama económico global se presenta más optimista de lo que se previó un año atrás. En lugar de una estanflación, el mundo asistió a una estabilización económica con un crecimiento del PIB del 3,3% y una inflación que también se situó en el 3,3%. Este escenario económico, aunque positivo a nivel global, muestra diferencias significativas entre regiones. Estados Unidos mantiene un vigoroso crecimiento económico cercano al 3,0%, mientras que la zona euro experimenta un avance más lento del 0,7%, ligeramente mejor de lo anticipado, pero aún modesto. En este contexto, España destaca por su notable crecimiento del 3,1%, mientras que Alemania vuelve a decepcionar con una contracción del -0,1%. Japón, por su parte, muestra un escaso crecimiento económico, aprovechando la estabilidad inflacionaria para ajustar sus tipos de interés al alza.
El ajuste de los tipos de interés ha sido una constante mundial en 2024, con tendencias divergentes según la región. El Banco de Japón ha aumentado los tipos hasta el 0,35% en contraste con la mayoría de los bancos centrales que han optado por recortarlos, destacando Latinoamérica con reducciones significativas en países como Colombia, Chile y Perú. En Europa, el Banco Central Europeo ha llevado a cabo varias rebajas en el costo del dinero durante 2024, reduciendo el euríbor a tres meses a 2,68% para finales de año. Este movimiento forma parte de un proceso hacia la «positivización de la curva», que según los economistas, puede continuar hasta la primavera de 2024. El ajuste en los tipos proyecta una eventual estabilización económica que facilita una inflación controlada y un entorno de crecimiento más equilibrado globalmente.
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