La épica de «La Ilíada», con su primer verso inmortal “Canta Diosa, la cólera de Aquiles el Pelida,” nos transporta al corazón de la guerra de Troya, donde Homero ofrece una visión equilibrada entre griegos y troyanos. Esta imparcialidad refleja una comprensión profunda de la política griega, donde la violencia queda fuera del ámbito político y se privilegia el diálogo y la persuasión. La obra muestra cómo la lucha y los discursos se entrelazan, pero en la polis, la comunicación prevalece sobre la confrontación violenta. Hannah Arendt destaca que la verdadera riqueza reside en la multiplicidad de perspectivas, donde cada circunstancia se presenta desde diversas facetas, un concepto fundamental en la política griega que aún resuena hoy.
La filosofía griega, con el concepto de «phronesis» o discernimiento político, promovía la capacidad de ver el mundo desde diferentes puntos de vista, una habilidad esencial para la vida en sociedad. Sin embargo, en tiempos actuales, esta apertura se enfrenta a la resistencia del pensamiento polarizado que huye de la complejidad. La tendencia moderna hacia narrativas simplificadas y divisorias contrasta con la riqueza matizada que propugnaban los griegos. En un contexto electoral, esta capacidad crítica es crucial para la salud societal, y redescubrir estas antiguas enseñanzas puede ofrecer un camino hacia una verdadera libertad política, basada en la inclusión y el intercambio de perspectivas diversas.
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