Gisèle Pelicot, una mujer que ha sido el epicentro de uno de los juicios más conmovedores de Francia, ha enfrentado de manera valiente las violaciones por parte de 51 hombres, incluido su esposo de 50 años. El juicio, que comenzó el pasado 2 de septiembre, se llevó a cabo a puertas abiertas, una decisión tomada por Pelicot para permitir que la sociedad asumiera y debatiera lo que ocurría dentro de la sala. A lo largo del proceso, Gisèle se mantuvo firme en su decisión de dejar que el juicio hablara por sí mismo, confiando en que la exposición pública ayudaría a construir un futuro de respeto y comprensión entre hombres y mujeres. Al concluir el juicio, recordó la intención de que su lucha inspirara a otros, mostrando una admirable fortaleza y buscando la reconciliación tras meses de duras revelaciones.
Durante las vistas, Pelicot expresó un profundo agradecimiento hacia su familia, quienes la han apoyado incondicionalmente. Mencionó a sus hijos y nietos, destacando que su lucha era también por ellos, y decidió no cambiar su apellido de casada para que sus nietos pudieran llevarlo con orgullo. Este juicio no solo ha sido una prueba para ella, sino también para las familias de los acusados, quienes han soportado tanto la vergüenza como el juicio público. Gisèle tuvo palabras de empatía para todas las familias afectadas por esta tragedia, así como para las víctimas cuyas historias no han sido reconocidas, enfatizando que comparten una lucha común. Este proceso judicial ha finalizado, dejando un sentimiento de esperanza en que el diálogo abierto pueda conducir a cambios significativos en la sociedad.
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