Una intensa ola de frío ha comenzado a afectar a la península ibérica, trayendo consigo las primeras nevadas significativas de la temporada en los Pirineos y la cordillera Cantábrica. Según los últimos informes meteorológicos, se espera que las precipitaciones nivales acumulen varios centímetros, generando condiciones favorables para las estaciones de esquí, pero también alertas por posibles complicaciones en la red vial. Las autoridades han instado a extremar las precauciones al circular por estas áreas, especialmente en las carreteras secundarias y de montaña, donde la visibilidad podría verse reducida y el peligro de heladas y placas de hielo es elevado.
Ante esta situación, las comunidades autónomas afectadas han activado sus planes de emergencia para mitigar el impacto del temporal y asegurar el abastecimiento en las zonas más apartadas. Los servicios de emergencias y conservación de carreteras están en alerta máxima, preparados para intervenir ante cualquier incidencia. Mientras tanto, en las ciudades cercanas a estas regiones montañosas, la bajada de temperaturas ha venido acompañada de intensos vientos, lo que ha llevado a las autoridades a considerar la implementación de refugios para personas en situación de vulnerabilidad. Se espera que el frío se intensifique en las próximas horas, por lo que se recomienda a la población mantenerse informada a través de los canales oficiales.
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