Dos grandes incendios forestales continúan activos en España, generando gran preocupación entre las autoridades y ciudadanos. En la provincia de Málaga, el fuego ha arrasado ya con más de 3,000 hectáreas de terreno, obligando a evacuar a numerosos residentes y desplegar un intenso operativo de emergencias. Las condiciones climáticas, caracterizadas por altas temperaturas y fuertes vientos, han dificultado los esfuerzos de los bomberos, quienes trabajan incansablemente para controlar el avance de las llamas. En paralelo, en el noreste del país, un segundo incendio de gran magnitud amenaza varias poblaciones en la provincia de Lleida, complicando aún más la situación de emergencia.
Estos siniestros se suman a una serie de incendios que han afectado al país en semanas recientes, resaltando la vulnerabilidad del territorio ante condiciones climáticas extremas y subrayando la importancia de la prevención y gestión del riesgo de incendios. Las autoridades han advertido sobre la posible necesidad de nuevas evacuaciones si el fuego sigue propagándose y han señalado la activación de recursos adicionales, incluidas unidades del ejército, para enfrentar la crisis. La situación ha despertado una creciente preocupación ambiental y social, llamando la atención sobre la necesidad urgente de estrategias sostenibles para mitigar el cambio climático y sus efectos en la región.
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