En un hipotético 2024, Jesús habría nacido en un Belén asediado por muros y checkpoints, marcado por la guerra que ha dejado vacías calles usualmente llenas de peregrinos. Hamza al Qorna, un guía turístico local, lamenta la ausencia de turistas y refleja la nostalgia de mejores épocas. “Este año ni siquiera han aparecido turistas por Navidad o Semana Santa,” asegura. El turismo, antaño vibrante, se ha evaporado tras los eventos del 7 de octubre. Entre los vestigios de un turismo alternativo, el icónico Walled Off Hotel diseñado por Banksy permanece clausurado, acumulando polvo. Mientras tanto, residentes expresan un tenue optimismo y un anhelo por la paz en una Tierra Santa caracterizada por restricciones y muros. Sin embargo, muchos concluyen que la vida en Belén hoy es dura y desalentadora, teñida por un ambiente de tensión y desconfianza.
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