Disney Channel, un referente de la televisión infantil y juvenil, dejó de emitir en enero pasado, marcando el final de una era para muchas generaciones que crecieron con sus series icónicas. Entre estos jóvenes se encuentra Joey Bragg, quien alcanzó la fama a los 17 años por su papel en Liv and Maddie, una comedia protagonizada por Dove Cameron. A lo largo de su breve pero intensa carrera, Bragg enfrentó desafíos que lo llevaron a malgastar su fortuna, una situación que ha revelado en recientes declaraciones.
Tras cumplir 18 años, Bragg recibió un fideicomiso de 70.000 dólares acumulados por su trabajo en la serie, pero su estilo de vida ostentoso y su adicción a las drogas, especialmente la marihuana, lo llevaron a drenar sus finanzas rápidamente. A pesar de estos obstáculos, el actor ha logrado retomar su carrera, participando en diversas producciones de televisión, incluyendo un papel principal en la comedia Call Your Mother y una aparición en la película Sid Is Dead. Su historia es un recordatorio de los altibajos que pueden acompañar la fama juvenil y la importancia de encontrar un camino de redención.
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