El consumo de bebidas energéticas se ha vuelto cada vez más común entre los jóvenes, a pesar de las advertencias de los especialistas en salud sobre sus posibles efectos nocivos. Según el doctor Gareth Nye, de la Universidad de Salford, existe una creciente inquietud por la combinación de cafeína y taurina en estas bebidas, que podrían aumentar el riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, incluso en personas jóvenes y sanas. Originalmente destinadas a quienes realizaban actividades físicas intensas, estas bebidas ahora se consumen habitualmente como refrescos por la población en general. Un estudio reciente en The BMJ Open reveló que los jóvenes que consumen bebidas energéticas diariamente experimentan una reducción en la calidad del sueño y un aumento en comportamientos de riesgo, como el abuso de sustancias.
Además de los efectos cardiovasculares, estas bebidas también plantean preocupaciones relacionadas con su contenido de azúcar y cafeína. Una sola lata puede contener un 50% más de cafeína que una taza de café instantáneo, lo que incrementa la frecuencia cardíaca y la presión arterial, según el cardiólogo Glyn Thomas. Además, el alto contenido de azúcar aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 al sobrecargar la capacidad del cuerpo para metabolizar el azúcar. El doctor Dushyant Sharma del Royal Liverpool Hospital advirtió sobre el impacto negativo del azucarado contenido en estas bebidas sobre la salud dental y metabólica. Aunque la taurina, otro componente clave de estas bebidas, se encuentra en alimentos comunes, su consumo excesivo puede provocar serios problemas de salud, lo que subraya la necesidad de un mayor control y educación sobre el consumo de estas bebidas, especialmente entre los jóvenes.
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