El empate entre Sevilla y Valencia en el estadio Nervión dejó a ambos equipos sumidos en su actual crisis, reflejando las deficiencias tanto en el césped como en los banquillos. El encuentro dejó a la afición sevillista invadida por el desencanto y pidiendo la dimisión del consejo de administración, liderado por José María del Nido Carrasco. Un panorama similar se vivió en el sector visitante, donde los seguidores del Valencia dirigieron su frustración hacia Peter Lim, el propietario del club. Mientras tanto, en el campo, Mamardashvili se destacó como la figura del Valencia, frustrando varios intentos del Sevilla. Sin embargo, no pudo evitar el inesperado empate de Pedrosa en el minuto 94, un disparo desesperado desde fuera del área que desencadenó el descontento de los valencianos.
A pesar de adelantarse en el marcador con un gol de Luis Rioja, la situación del Valencia en la tabla sigue siendo alarmante, permaneciendo como colista detrás de un Sevilla que, aunque con un ambiente enrarecido, aún se mantiene alejado de la zona de descenso. Carlos Corberán, técnico del Valencia, se enfrenta al desafío de reavivar a un equipo, que aunque mostró vitalidad, carece de la calidad necesaria para evitar el descenso. En Sevilla, la única nota brillante fue Isaac, quien retó varias veces al arquero valencianista. La entrada de Rubén Vargas aportó un aire fresco en los minutos finales, pero fue insuficiente para cambiar el resultado. Con el empate, ambos equipos deberán lidiar con problemas internos que van más allá de lo ocurrido sobre el césped.
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