En una reunión clave celebrada hoy, el presidente del Gobierno español y el lehendakari del País Vasco han acordado un significativo cambio en la gestión de las prestaciones sociales, estableciendo que será el propio País Vasco quien gestione el pago a los desempleados en su región. Este acuerdo se considera el primer paso hacia el objetivo más amplio del nacionalismo vasco de crear una Seguridad Social propia. La medida, que busca más autonomía y control sobre los recursos económicos de la comunidad, ha sido recibida con interés y algunas reservas, ya que representa un movimiento importante hacia una mayor autodeterminación en asuntos sociales.
El acuerdo se enmarca en un contexto de creciente demanda de autonomía por parte del gobierno vasco, que busca consolidar estructuras propias dentro del ámbito estatal. La decisión de transferir la gestión del pago a los parados representa un avance significativo en la descentralización y encaja con las aspiraciones de los grupos nacionalistas. No obstante, esta propuesta ha suscitado dudas en otros sectores, preocupados por la viabilidad financiera y el impacto sobre la unidad del sistema de Seguridad Social español. Observadores políticos seguirán de cerca la implementación de este acuerdo, que podría tener repercusiones en otras comunidades autónomas.
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